La Psicología y la Psicoterapia Cognitiva Post-Racionalista: Aspectos teóricos y clínicos. Alfredo Ruiz. Primera parte
Conferencia Magistral dictada en el XV Congreso Mexicano de Psicología. Hermosillo,Sonora el 26 de 0ctubre del 2007.
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La articulación de mi intervención estará dividida en tres partes. En la primera parte, intentaré delinear el marco de referencia epistemológico y teórico del modelo, y las consecuencia que ha tenido para la psicología contemporánea. En la segunda parte se van a tratar los aspectos de la dinámica del self y la teoría de la Organización del Significado Personal. Y la tercera parte, consistirá en la aplicación de estas teorías tanto a la psicopatología como a la psicoterapia.
Empezamos entonces por el aspecto epistemológico.
¿Cómo se llegó historicamente a la noción de post-racionalismo? Para poner una adecuada luz en este asunto, tenemos que centrar la atención en las crisis explicativas del modelo que la antecede, que es la terapia cognitiva tradicional, especificamente las terapia cognitivas de Beck y de Ellis.
La Terapia Cognitiva surge del conductismo, cuando este empieza a focalizarse en lo que eran las llamadas variables mediacionales”. Es decir, se empieza a postular que había “algo” entre el estímulo y la conducta. Ese “algo” eran los pensamientos, las imágenes, las expectativas, las creencias, etc. Por lo tanto, el origen del cognitivismo proviene de una “crisis explicativa” que sufre el movimiento conductista. Nace como una especie de “correctivo”.
En esta primera etapa, el cognitivismo es solamente una tentativa de ampliar el enfoque conductista, introduciendo estas “variables mediacionales”, que como decíamos son los procesos cognitivos, imaginativos, emotivos. Pero, aquí también empiezan a surgir fenómenos o experiencias que no podían ser explicados y comienza a presentarse una nueva crisis.
Esta otra crisis explicativa que sufre el enfoque cognitivo tradicional es mucho más sutil, ya que, se veía que de hecho las creencias o el diálogo interno de la persona podían cambiar como resultado de este enfrentamiento dialéctico con el terapeuta y que el paciente, aprendía otra manera de hablarse a sí mismo, y que todo esto sucedía con relativa rapidez. No obstante, las emociones no cambiaban con la rapidez que la persona cambiaba su manera de pensar. Este fenómeno se quedaba sin explicación.
Esta crisis explicativa del cognitivismo tradicional es muy importante. A todos los terapeutas nos afectó. En Italia, el psicólogo y psicoterapeuta Vittorio Guidano evalúa esta crisis y llega a la conclusión de que no era posible resolverla como se hizo con el conductismo, ya que ampliar más el modelo no era posible, ya que sus premisas epistemológicas lo limitaban, y por lo tanto decide examinar los aspectos teóricos de base, vale decir, los aspectos epistemológicos, que sustentaban el conductismo y el cognitivismo, concluyendo que toda la psicología contemporánea, en lo que iba corrido del siglo XX (no importaba si era una psicología conductista, psicoanalítica o cognitiva) no comportan diferencias en sus aspectos teóricos de base. Todas ellas derivan del paradigma empirista o racionalista, que es común a la ciencia occidental.
El tema básico de la epistemología racionalista o empirista, es que existe una realidad externa unívoca e igual para todos, en el que está contenido el sentido de las cosas y que el conocimiento es una representación que corresponde de un modo mas o menos exacto de ese orden.
Sin embargo los datos que estaban siendo proporcionandos por una serie de disciplinas, de reciente emergencia, (finales de los años 80) como la etología, las nuevas versiones evolutivas de los neo-darwinistas, la teoría de sistema sistemas complejos , la segunda cibernética, la termodinámica irreversible, la epistemología evolutiva por una parte, y la biología del conocer de Humberto Maturana, por la otra, hicieron posible estructurar un cambio determinante en la noción de la relación del observador y lo observado. En efecto, el observador ya no aparece en esta posición de privilegio observando objetivamente las cosas tal como son; más bien con su observación, el observador introduce un orden en lo que observa, y lo que observa es más dependiente de su estructura perceptiva que de algo externo a él. Lo que se empieza a notar claramente que el mundo de regularidades que vivenciamos es construido por cada observador.
En cuanto a la noción de realidad, ya no se la entiende como un orden unívoco, válido para todos y en el cual se haya contenido el sentido de las cosas. La realidad se ve como un continuo fluir, multidireccional y en diversos niveles, de procesos que están en desarrollo continuo. En este fluir de múltiple procesos el observador introduce un orden que no existía, estableciendo regularidades y continuidades. En esta concepción de realidad existen tantas realidades como modos de vivir surgen en cada observador. Desde el universo se pasa ahora a un multiverso como lo postula Maturana. En esta realidad multiversa no se puede hacer una distinción precisa entre el observador y lo observado.
Este planteamiento, tiene importante implicaciones en relación a la noción de organismo y de medio. Según Guidano, los aspectos más relevantes son dos: Primero, si no existe un orden exterior definido y unívoco para todos, quiere decir que el orden que los organismos muestran es autoconstruido, autoorganizado; si no viene de afuera, tiene que venir del propio organismo. El primer tema que se plantea, entonces, es el de la autoorganización como proceso, autoorganización como mecanismo básico de cualquier estructura viviente.
El segundo aspecto, que es según Guidano- todavía más importante que el primero, es que nuestros modos de percibir está indisolublemente conectado con lo que observamos y percibimos, en realidad nuestra actividad de ordenar el mundo es inseparable del mundo en el que estamos en ese momento.
Todos los organismos (y ahora me refiero especificamente al individuo humano), tienen como elemento básico la autoorganización, la de construir un orden que le dé un sentido de coherencia y de continuidad en el tiempo. En efecto, si esta es la característica básica que se deriva del cambio de perspectiva epistemológica, entonces surge otro tipo de preguntas que se vuelven más significativas que antes. Porque si ahora la cuestión que se plantea es que los sistemas son autoorganizados, para empezar sería necesario entender cuál es el objeto, cuál es el fin que resulta de esta autoorganización. En otras palabras, según Guidano, ¿qué es la experiencia humana, producto de este proceso de autoorganización, que en términos evolucionarios se produce desde hace millones de años.
Ahora bien, para contestar esta pregunta, tenemos que asumir un punto de vista ontológico, es decir una perspectiva del individuo que experimenta su punto de vista de ser humano. Y para esto se requiere también otro supuesto, se requiere además que nos pongamos sobre un fundamento de epistemología evolutiva.
Entonces para poder entender qué es la experiencia humana, no podemos prescindir del hecho de que somos animales particulares, y solo un fundamento de epistemología evolutiva nos permite investigar el tipo de animales que somos. Al ponernos desde un punto de vista evolutivo nosotros tenemos que clasificarnos entre los primates, un tipo particular de primates que han adquirido y que han tenido emergencias evolutivas que los han hecho de alguna manera únicos entre los otros primates, especificamente por la emergencia del lenguaje.
Entonces, si nos ponemos con este fundamento de epistemología evolutiva, y desde un punto de vista ontológico, la primero cosa que podemos decir sobre la manera en la cual ocurre la experiencia humana, es que la experiencia humana es que esta ocurre constantemente en dos niveles que van simultáneos. El primer nivel es lo que podemos llamar el nivel del continuo fluir de la experiencia inmediata; experiencia inmediata de uno mismo y del mundo en el cual estamos en ese momento. Esto es algo algo que ninguno de nosotros puede regular o controlar, esto es algo que pertenece a la vivencia como dice Humberto Maturana_.
Ahora, simultáneamente y en paralelo con el primero, todos nosotros tenemos otro nivel de experiencia, que es el nivel de la explicación. Esta es una emergencia novedosa en comparación con los otros primates, es que ahora el primate humano tiene el lenguaje, que le ha permitido tener otro nivel para explicar y ordenar su experiencia inmediata; un nivel en el cual los eventos pueden ser conceptualizados y lo que es mas importante puede separar el contenido informativo de su experiencia inmediata. Es muy importante esta distinción porque es el punto fundamental. Vamos a intentar de reconstruirlo en todos sus aspectos.
Ahora, vamos a ver más detalladamente lo que hemos dicho.
Es importante decir que esta distinción de niveles que ellos ocurren como dos aspectos diferentes de la experiencia humana. Este nivel de la experiencia inmediata es un nivel que por definición es siempre verdadero. El nivel de la experiencia inmediata corresponde a la vida emocional, al fluir de las sensaciones, a la modulación emotiva, en este sentido los sentimientos son siempre verdaderos, puesto que siempre dan información de como la persona se siente en ese momento en el mundo en el aquí y el ahora. Otro aspecto característico, es que a este nivel no es posible diferenciar entre percepción e ilusión de acuerdo a Maturana. Esta distinción entre percepción e ilusión es posible solamente si uno se desplaza al nivel de la explicación, sólo al nivel de la explicación es cuando uno reordena o explica la experiencia inmediata en conceptos y empieza a explicársela y a referírsela. Es ahí donde pueden emerger operaciones de distinción que solemos también llamar error, como cuando decimos no fue verdad que yo percibí esta cosa, sólo me la imaginé. Por lo tanto, todos los errores que pueden ser distinguidos son siempre a posteriori y dependen de una explicación de la experiencia inmediata que ha ocurrido, tal vez, un segundo antes. Naturalmente la explicación que dará consistencia o forma a la experiencia inmediata depende de como el individuo ha reconstruido este reordenamiento, es decir, ha reconstruido su nivel de explicación.
Lo más importante, es que, si tomamos en cuenta estos dos niveles de experiencia inmediata y explicación y el reordenamiento de esta experiencia; tendríamos que decir que, toda explicación que nosotros podamos construir no se refiere nunca a la realidad externa sino que toda explicación es siempre explicación de la experiencia inmediata. Todos los datos con que trabaja la explicación, los datos de razonamiento, de lógica, de abstracción, trabajan siempre sobre el mismo material de experiencia inmediata.
Veamos ahora como Guidano aplica estas nociones a la dinámica del Sistema del Self
Si nos desplazamos de nivel y lo vemos en referencia a lo que es la identidad personal o el Self, esta dialéctica entre experiencia inmediata y explicación es la misma, solo que el nivel de la experiencia inmediata se basa en el sentido de continuidad interna de una persona, y que es prevalentemente emotivo.
Según Guidano, la función de cualquier organismo que se autorganiza es la de construir un sentido de si mismo y mantenerlo lo mas estable posible en el transcurso de su vida individual. Este aspecto de la experiencia inmediata de si mismo es algo que la tradición de la psicología norteamericana de los primeros años- representada en George Mead pricipalmemte – denominó el Yo. Este nivel, que ocurre de una manera automática, siempre sucede como un fluir continuo. Y el nivel de la explicación, ahora en término de la identidad personal, corresponde a la imagen consciente de sí mismo que una persona que se ha construido. Pero esa imagen de sí mismo es para hacer consistente la experiencia inmediata que la persona tiene en términos de lo que Mead llama el Mi. Entonces en este sentido el “Mí” es una reconstrucción momento por momento de la experiencia inmediata de uno mismo, que se hace con la finalidad de mantener una imagen de sí mismo consistente, continuativa en el tiempo. Por la tanto la manera en que generalmente el “Mí” trata de explicar el “Yo” no es una manera en la cual el “Mí” está interesado en explorar o a conocer la verdad en su experiencia en el “Yo,” sino es una manera en la cual el “Mí” está interesado en aplanar las discrepancias, a fin de mantener continuativa la imagen de sí mismo que se ha estructurado hasta ese momento.
Vamos a ver ahora como se pueden desarrollar estos aspectos del “Yo” y del “Mí” en el sistema humano individual.
Hemos dicho antes que uno de los aspectos fundamentales para entender la experiencia humana es moverse siempre desde un fundamento de epistemología evolutiva. Decíamos que somos primates y que vivimos en una realidad intersubjetiva. Lo característico de una realidad intersubjetiva es el tipo de conocimiento que resulta. Este conocimiento es siempre interactivo. Lo que se quiere mostrar acá es que la realidad intersubjetiva significa que cada conocimiento de mi mismo es siempre en relación al conocimiento de los otros, de como los otros van a reaccionar, cada conciencia de los otros es de alguna manera es siempre una conciencia también indirecta de “Mi”. .
Ahora la capacidad de anticipar la posible reacción del otro, tiene como presupuesto la capacidad de poder tomar el punto de vista de la otra persona y poder entonces reconstruir sus intenciones o motivaciones. Esto ya permite la posibilidad de estructurar un sentido de identidad personal, ya que si uno tiene la posibilidad de poder reconstruir el punto de vista de otra persona puede también hacer esto: puede también verse a sí mismo desde otro punto de vista, verse desde afuera y esta capacidad de verse desde afuera es la que permite estructurar la imagen consciente de sí mismo. La imagen consciente de sí mismo que nosotros nos construimos es la conciencia que vamos construyendo de nosotros mismos a través de como nos vemos desde los puntos de vista de otra persona.